Solitaria, ausente, divagando
esclava de una espera interminable
me siento en un rincón cada noche
cierro los ojos y dejo que mi mente
vuele ágil por el recuerdo de unos
días maravillosos, persiguiendo en
sueños el vuelo inalcanzable de los
astros errantes en el firmamento,
atrapo el recuerdo entre mis manos
la noche se perfila oscura
silenciosa eterna.
¿Donde quedo temblando mi deseo?
¿donde se rompió mi alma en mil pedazos?
¿donde terminan y empiezan los recuerdos?
y no puedo desprenderme del sabor de tus
labios, del calor de tus brazos,
y soy nada solo una sombra en la noche
eterna, recordándole por siempre
debatiéndome sola en la nada, tejiendo
noche a noche el vacío de mis horas
desoladas solo viviendo de recuerdos.
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