Es cierto, desde muy pequeño te conocí
pero todo tiene un final, un límite.
Es fuerte, lo sé, la atracción que ejerces en mí...
Me buscas, me sigues, me insistes sin piedad.
Te dejaré, me dolerá pero me acostumbraré.
Llevaré a mis labios la frescura de nuevos sabores;
nunca más, de verdad, tu nombre pronunciaré,
aunque te mire, aunque te vendas sin pudores.
Me olvidaré de tí por completo en una semana,
así que gózame, porque esto llegará a su fin.
Luego, me aguantaré de tí el deseo y las ganas.
Es cierto, desde muy pequeño te conocí.
Por tí he gastado tanto y me has dado tan poco.
La nuestra ha sido una relación perniciosa, un vicio.
Te dejaré y sufriré, sí, pero no me volveré loco,
es necesario cambiar y vale la pena el sacrificio.
Llevaré a mis labios la frescura de nuevos sabores.
De tí me olvidaré pronto, yo te lo prometo.
Beberé los néctares de jugosos frutos de colores
y por fin, me apartaré de tí... ¡Adiós, refresco!
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