Es tu pena muy grande
Madre Maria suplicante
en este viernes de dolor
viendo a tu amado hijo agonizante.
Junto a sus santos pies aguardas
a que tu hijo expire y descanse
de tantas atrocidades y humillaciones
que por salvarnos aceptó de buen agrado.
Tuvo sed, y le dieron vinagre,
pidio justicia, y lo ultrajaron,
algunos amigos le traicionaron
mas el gran amor por el Padre
le insuflo fuerzas y coraje.
¡Cuanto sufriste Jesús!
¡Cuanto sufrio tu madre!.
Cuanto sufrimos los que te amamos
al ver tu cuerpo flagelado
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