El techo de chapas me relata:
comenzó a llover torrencialmente,
si sales, no te bastará un paraguas;
bajo aquel toldo parapétase la gente.
Se inundó la cuadra. Como siempre,
no dan abasto los desagües de la esquina;
el agua arrastra hojas, ramas y papeles.
juegan en la ventana los hijos de tu vecina.
Las gotas al caer sobre el asfalto
hacen burbujas que son, según las viejas,
señal segura que lloverá todo el día,
y será así, lo sé por experiencia.
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