Con aretes de luceros
la noche se va adornando
y con agüita de estrellas
se va regando el sendero
al ver a la gitanilla
con su carita de duelo.

Una luna desde el cielo
buscando va a la gitana
que lleva el pañolón negro.

A juncia huele la noche,
a juncia y fresco romero.
Los retorcidos olivos
forman sombras que dan miedo
mientras camina la niña,
camina herida de celos.

Caricias, besos y requiebros
lleva enredaos en el pelo.
Penas de amores, penas,
penas la van siguiendo
que le bordan el pañuelo.

Facas le clava el viento
en lo más hondo del pecho,
atravesando las ramas
de los olivares negros.

El sendero se hace largo,
penoso y más estrecho
por donde camina la niña
que lleva el pañolón negro.

Un viejo mochuelo despierto
la ve cruzar el sendero
mientras la fragua y el yunque
llevan sones de lamentos.

El sendero es una garganta
que le grita y que le canta

.___"Ya no te quiero gitana,
gitana ya no te quiero,
que arriba en la serranía
me espera un amor nuevo.".____

Que triste y negro el sendero
por donde camina la niña
que lleva el pañolón negro.

Mercedes A. Alexandre