A ti mi santa madre, y a todas las madres,
que parieron sus hijos con angustia y dolor,
conociendo al hacerlo, donde nació el amor,
al mirar la carita, de su hijo adorable.
A ti que representas la guerrera incansable
defendiendo a tus hijos, de toda la maldad.
A ti reina adorada, el sol de nuestro hogar
que irradias con la luz ¡exclusiva de madre!
A tus hijos que sufren cuando te sientes triste,
a tus hijos felices cuando ven que pudiste
aún estando triste, prepararles la cena.
A todas esas madres las abrazo muy fuerte
y a ti mí santa madre aunque no estés presente
dondequiera que estés ¡recibe este poema!
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