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La muerte se acerca.

Se acaba la tarde,
la habitación en penumbra,
su faz relajada, espera,
su respirar pausado,
sus ojeras casi negras.

Su dolor controlado,
pero aún así, no cesa,
su rictus cambiaba,
sus manos no son ligeras,
la brisa del aire pesa.

Pasando por el agua, su pena,
ya los que le aman, llegan,
sus oidos claman, desean,
la risa de su hijo,
su carita tierna.

Bajo sus párpados,
imaginaba y soñaba,
y va deajando atrás,
sus viejas quimeras.

Su alma aqui aferrada,
en plácida espera,
quiere la paz en todo,
y volar a otra era nueva.

Donde todo es amor,
paz, armonía, no guerra,
la lucha acaba aquí,
allí todo es luz eterna.

Cuanta semejanza,
en la hora incierta,
una cama vacía,
una puerta abierta.

Él en su profundo sueño,
yo despierta muy alerta,
su familia de camino,
para verle de cerca.

El gotero gota a gota,
en su cabecera,
un enfermero que ronda,
haciendo su tarea.

En el otro extremo un preso,
pues aún en el hospital,
su habitación se torna celda,
los guardias le custodian,
aunque la muerte le apresa.



gaviota frágil

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Publicado el: 12-05-2003
Última modificación: 14-05-2004


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