Me refugié en el amor,
que ella me prodigaba,
me mecí en su cariño,
era a mi quién se lo daba.
Llegamos hasta el rio,
donde el agua se remansa,
contemplamos la via,
que a nuestra mano llegaba.
Era tanta la paz,
que emana del agua,
del calor de la familia,
¡cómo la echaba en falta!
Era ella, mi sobrina bella,
la que me visitaba,
cuando mas enferma estaba,
sus mimos me acunaban.
Pronto se ira lejos,
pero en mi queda su alma,
esa compañía tierna,
ese llegar si la llaman.
Con ella se va mi amor,
con ella se ve mi esperanza,
de que regresen pronto,
y nuestra vida sea larga.
Allí quiero que lleve mis besos,
para mi querida hermana,
que sepa que siempre la quiero,
que siempre desde aquí se le ama.
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