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Dos alazanes por pies
hacia la sierra lo llevan.
La luna a volapié
Le va alumbrando la huida.
De bronce y cobre y su piel
que va sudando de miedo.
Su boca; que es pura sed,
va recordando los labios
donde solía beber.
Sus manos ensangrentadas
se preguntan:
.__ ¿Por qué la maté, por qué?.___
En el Albaycin se oyen llantos,
llantos y palmas a la vez.
Los celos y la locura
vuelven la sierra del revés.
El cielo es su sendero,
las piedras, forman nubes sobre él.
Gritos de aves nocturnas
le hacen estremecer.
Cuernos de acero la noche.
El río, una serpiente de hiel.
Trepando por la serranía;
sin luna y sin alazanes en los pies,
oye los perros allá abajo
que vienen de nuevo tras él.
La sierra es un laberinto
como su alma y su fe.
Se aferra a la medalla
Que brilla sobre su piel.
.___ ¡Ay Cristo de los Gitanos!
¡Ay Manué perdóname!
No supe lo que me hacía.
¡Ay con ella llévame!.____
La noche es un potro negro
galopando por el aire.
Y los ojos del gitano
dos almendras de azabache.
El frío se hace verdugo.
El hambre su penitencia.
Los sueños guardan silencio
al ver al gitano huyendo.
Las cuevas de la serranía
van tragando sus lamentos.
Sus piernas, dos cañas partidas
mientras camina y camina
envuelto en su tormento.
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Dicen que en noches muy frías
bajan de la sierra voces.
Dicen que es el gitano
sufriendo eterna agonía.
Dicen que cumple sentencia
solo en la serranía.
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