Multiplicaste el amor que te brindaba
con detalles, verdad y comprensión,
conociendo a tu lado la emoción,
de estar por vez primera enamorada.
Me hiciste conocer las madrugadas
de fuego ardiente, bajo tu piel morena,
allí sobre la tibia y húmeda arena,
cuando de pronto el mar nos empapaba.
Hiciste que creciera en mis sentidos
el sabor de tus besos y los latidos
fuertes, de tu corazón en los excesos.
Que me brindas constante en la locura
de esa entrega total que se conjuga,
con la prolongación a otro comienzo.
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