En mi flor me he escondido, entre cantos de vida y esperanza,
en este río lácteo, sentado en el columpio;
el cielo se serena y encuentro consuelo en la playa,
azucenas en la camisa y helados cristalinos.
El amor que mueve al sol va en búsqueda de la poesía,
sin carnet de identidad, a deshojar un recuerdo.
Habrá un silencio verde tras dicha osadía
y en el revés del asombro, tú y tu desnuedo sueño.
No se lo dije al jardín, pero en mi flor me he escondido,
en este río lácteo, sentado en el columpio.
Al abrir la mano, surge un madrigal de otro estío.
Ya pasó la estación de los calores, hoy sólo hay frío.
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