Soñé con una casa lejana
de la realidad, donde solo vivían
poetas de corazón y trovadores
de vocación, en este lugar
fui un escritor y un cantante
de mis versos herejes y mi sangre
roja en el piso.

Viví ahí casi un año y reconocí
muchos rostros perdidos por
las palabras y las añoranzas
de la canciones, también reconocí
una mujer esa que ilumino
una vez mi alma y que hoy era
la guardiana de la casa imaginaria.

Mire una vez y otra vez el rostro
aquel de la amada que no estaba
a mi lado y que parecía perdida
por las canciones y las letras
sin forma ni cabeza que todos
lanzaban a sus pies,
pero ella solo miraba
y derramaba una lagrima
por el amor que esperaba
y ya no volvería.

Quise tocarla y le entregue
una canción desesperada
para que trate de recordarme
mas ella solo me miro
y se apresuro a recoger
los restos de papeles
y música que caían al piso
implorando clemencia
por la bondad de mis palabras.

El sueño de estar con ella
y viviendo en un mismo
lugar trajo en mi un recuerdo
perdurable de la mujer que
me forme en la mente
y que jamás existió
en sueño no se hizo realidad
fue solo una anuncio
de la muerte para abrazarla
y partir con ella al mundo
donde si realizaría mi
sueño imaginario.

jpcuenca