Son las tres de la madrugada,
como años atrás,
sigue en el pueblo,
el tañir de la campana,
escribo sentada en la cama.

La carcoma se comió
de tu mesa las patas,
y tus niñas amadas,
en el rastro compraron,
otra que la igualara.

Alrededor estuvimos todos,
en la fecha señalada,
se comió rápido,
sin alegria, raro el ambiente,
algo denso, en el aire flotaba.

Yo te imaginaba
dentro una gran niebla,
y miraba alrededor
por si aprarecia tu cara,
pero no ocurrio nada.

Hablamos de cosas triviales,
con sonrisas casi forzadas,
luego me pusieron al corriente,
de sus sueños, alegrias, y
se fueron cada uno a su casa.

Porque tú ya sabes verdad?
quienes tienen casa,
esposa y marido,
bebés de pecho, ángeles
preciosos corriendo por la sala.

Tu sabes hermana,
quienes tienen novio,sus amores,
de sus horas de madrugada,
la felicidad que se trasluce,
siempre en la cara de Ana.

Quién mejor que tú sabe
del desconsuelo de María,
de la intranquilidad
que le embarga, del amor dificil
que paga sin deber nada.

Cómo no vas a saber tú,
porque cuando sonrie sigue
habiendo tristeza en su mirada?
Dile otra vez en voz baja,
¡eres la reina de mi casa!

Dile: tienes esa fuerza
que te hace falta,
para saltar todas las cataratas,
¡SALTA! que yo te pondré
de plata las alas.

Nadie mejor que tú sabe,porque Javier,
fuma hierba antes de irse a la cama,
hace tiempo que su frente, y espalda,
no reciben las caricias,
de tu mano cansada.

Por eso, solo, confundido,
y mareado, lloraba desesperado,
aferrandose a la almohada,
hoy tuvo mi beso en la mejilla,
pero mañana ya no podré hacer nada.

Echanos un cable madre, hermana!!!
sabes de nuestra mano tensa y abierta
esperando ser amarrada,
para no caer en la ciénaga,
que todo lo ensucia y atrapa.

gaviota frágil