Como no darte vida, amor...
si habitas en mis sueños,
desde que te estoy leyendo,
en tí calmo mis desasosiegos.
Eres como un dios verdadero,
en medio de mi universo,
cuando desfallezco y caigo,
saliéndome al encuentro.
Sin temor me apoyé en tu hombro,
sabiéndote muy lejos,
pero yo te hice proximidad,
sin distancia, nunca te dejo.
Más poco a poco sin querer,
se confunden mis sentimientos,
de estar a medio respirar,
o perder todo mi aliento.
Toda entera hoy me invade,
una sensación extraña, miedo?
rocé las lindes de tu alma,
con la punta de mis dedos.
Quiero sentir tus destellos,
inundándome con sus reflejos,
alumbrándome el camino,
en los dias frios de invierno.
Vivirte en la incertidumbre no deseo,
sino donde moras entre la paz y la calma,
en ese rincón, especial que de ti veo,
donde la verdadera cima se alcanza.
Donde se despiertan los sentidos,
donde no tiene regreso nada,
donde todo se alborota amor...
donde todo, pensándote se aplaca.
Y estando así, amor nuevo, anonadada,
paso de la amistad al cariño, al amor,
sin comprender donde estoy hace un tiempo,
ni saber siquiera si camino o estoy parada.
Porque a mi sentir y deseo te he abierto,
para llenarme hasta el fin del sentmiento,
y no descubrir nunca mas sola, a destiempo,
que sin amor y cariño, soy mero desierto.
Pero cuento contigo mi amor bello,
asi en la distancia, en el hermoso juego,
de tenerte sin estar, de amarte en silencio,
de soñarte mil veces, porque así te quiero.
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