Ciera los ojos,
al murmullo del agua,
la frescura de la noche,
al arrullo de la luna,
la claridad del alba.
Sin oir mi voz,
escucha en silencio,
que oirás tu nana,
que sale del corazón,
ahora de madrugada.
Con sigilosos pasos,
de puntillas merodea,
las esquinas de tu cama,
deseándote en tu dia,
una noche plácida.
Que regreses a tu niñez,
toda la ternura, blanca,
veas todos los soles,
y la nube mas bella,
esa, de nácar y plata.
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