Era que pasaran cosas inauditas,
era que notara que tantas cositas,
se arremolinaban todas a la vez.
Eran esas niñas ingenuas bonitas,
que alegren jugaban con sus muñequitas,
y hasta se enfadaban, un rato después.
Era que la luna en noche lluviosa,
se asomaba lejos bella, primorosa,
y al mirar de nuevo al sol, pude ver.
Era que sentía un frío increíble,
en aquel verano caliente, terrible,
que me sacudía de cabeza a pie.
Era que el reloj alegre sonaba,
diciendo que un día nuevo comenzaba,
y algo confundida, yo me levanté.
Era que de pronto desperté del sueño,
en aquella noche que con tanto empeño,
¡me pasaron cosas que no olvidaré!
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