Lo que aprendí de ti fue muy valioso,
en todos los sentidos de mi vida.
Me enseñaste a vivir en el reposo,
aún con mi existencia sacudida.
Aprendí que no siempre se consigue,
aquello por lo cual hemos luchado.
Y que de igual manera así se vive,
aún con esos sueños no logrados.
Lo que aprendí de ti me dio el coraje,
para arrancar del alma y sentimiento,
todo el dolor, la angustia y el ultraje,
que me causaban mil padecimientos.
Lo que aprendí de ti ¡lo más hermoso!
Es perdonar y enterrar las ofensas.
Y unidos por amor en el reposo,
no existen penas que junto a ti no venza.
|