Buscaba en los confines del destino
la esencia de la paz desfallecida,
los datos del amor que se marchaba,
y cientos de preguntas sobre Dios.
Miré con mesura arlequinada,
la burla y la canción de mi pasado,
las cosas que ocurrieron sin permiso,
al lado de un sentir apasionado.
Son ciertos los matices del ocaso
y falso que no sueñe cada noche,
con fábulas y mares de la luna,
y la tierna sonrisa de tus labios.
Por todas estas cosas que me inquietan,
aparto de mi vida los pesares ocultos,
los círculos abruptos y violentos,
las espinas, las promesas marchitas,
los fieles de las sombras maltratadas
los cuentos de mayores y las trampas;
También aquellas noches de verano,
las tinieblas, el ruido de la calle,
el saludo, y aquel beso de hielo;
que tiré a la basura sin enojo y sin miedo.
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