-Dónde y cuándo nació usted, Rubén Darío?
-Nací en San Pedro de Metepa, Nicaragua, en 1867.
-¿Recuerda la fecha exacta en el calendario?
-Por supuesto, el 18 de enero, la tengo en mente.
-¿Cuáles fueron sus primeras vivencias de niño?
-Sufrí mucho porque mis padres se divorciaron.
-¿Quién se hizo cargo de usted? ¿Acaso un tío?
-No, una de mis abuelas. Me cuidó como a un santo.
-¿Cómo es que se inició usted en las letras?
-En la adolescencia me gustaba leer a poetas franceses.
-Así que de esta forma hizo a la literatura su compañera.
-Indudablemente, las letras fueron siempre mis confidentes.
-¿Hasta qué año estuvo en su natal Nicaragua?
-Hasta 1886, cuando viajé a Santiago de Chile.
-Lo recuerda con un gusto que para nada disimula.
-Es que allí conocí el progreso, todo era muy diferente.
-¿Estuvo mucho tiempo fuera de su patria?
-Algo así como tres años. En Chile publiqué Azul.
-¿Qué impacto tuvo la obra? ¿Fue lo que esperaba?
-Fue mucho más, resultó ser un éxito de gran magnitud.
-¿Qué sucedió cuando regreso a su tierra natal?
-Me casé con Rafaela Contreras y con ella tuve un hijo.
-¿Acaso también con alguien más? ¿Sucedió algo fatal?
-Rafaela murió a los dos años de haberse casado conmigo.
-Lo lamento, don Rubén, ésas son pruebas difíciles.
-Eso fue en 1893. En 1900 conoci en España a Francisca Sánchez.
-Supongo que con ella fue distinto y que fueron muy felices.
-Con Rafaela también lo fui. Francisca hizo mi vida florecer.
-Aparte de ser poeta y periodista, usted fue diplomático.
-Sí. Primero trabajé para el diario argentino La Nación.
-Entiendo que profesionalmente eso era magnífico.
-Me relacioné mucho y sirvió para acrecentar mi reputación.
-¿Dónde representó usted diplomáticamente a su país?
-En España. Eso era, si no mal recuerdo, en 1907.
-Pasando a otra cosa, dígame: ¿fue usted un hombre feliz?
-Creo que sí, la vida conmigo fue bastante clemente.
-¿Cómo califica Rubén Darío su estilo o corriente literaria?
-Mezclé un poco lo tradicional, lo romántico y lo simbólico.
-¿Innovó las letras, la poesía? De esto, ¿qué me comentaría?
-Algunas plumas valiosas aseguran que di vida al modernismo.
-Para concluir, ¿qué le diría a los jóvenes de hoy?
-Cuidado en ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto.
-Gracias por sus respuestas, platicar con usted fue un honor.
-Fue un placer conversar juntos unos momentos.
NOTA: Rubén Darío inició su carrera literaria en Chile. Es autor de Abrojos (1887), Azul (1888) y Cantos de Vida y Esperanza (1905), entre otras obras no menos importantes, como Canto a Argentina y Otros Poemas (1914).
Rubén Darío murió en Managua, Nicaragua, en 1916, a su regreso de Europa.
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