Sueños desolados, sueños que soñé
despierto y que viví en carne viva, aprendí
a querer el dolor de una herida abierta y
a saber que los sueños siempre son
sueños y no le hallamos respuestas o
significados, solo son sueños que duelen y
que a veces se hacen realidad.
Sueños que solo dejan un vació o unas
ganas de querer saber cual fue el ángel
que encaramo el subconsciente de la
mente y se apoderarse de la quietud de
un instante de paz.
Sueños soñables que siempre se sueñan,
sueños que afligieron el destino e hicieron
transeúnte perpetuo al alma, sueños que
admirablemente se disgregan en la ficción
y que se hacen reales en el sueño mismo,
el sueño mas duro, el sueño de estar vivo.
Un sueño nos acerco y nos detuvo en el
tiempo para no poder volver a vernos y
quedamos atrapados por las redes de la
perdición y vacíos enormes entre los
corazones nuestros, el vació se presento
y el sosiego perdió la cordura para
hacerse pesadilla, la mas dulce de las
pesadillas.
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