Fueron, historias de conquistas
de risa, de encanto
que se perdieron de vista
por tan solo un tanto.
Ahora, solo queda el llanto
de aquella gentil Mexicana
que, por tratar de ser hermana
hizo brotar un canto.
Cantos tristes, pero dulces
como, aquellos Andaluces
que nos miran con enfado
por sentir, que no se es puro
en el Viejo Mundo.
No te apuro
bella mujer, no es todo el saber
existen almas extrañas
en todo continente.
Habrá, quien no te miente
y que surgirá de las entrañas
de la nueva tierra
que te brindara
sus sentimientos
amorosos, pero lentos
candorosos y puros
al estilo Mexicano
como bien dice el hermano.
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