Una casa, un sitio lejos de los ojos que
anduvieron buscando migas de ilusión por
una calle que se perdió en el paso del
gigante que destruyo la emoción de la
quietud de un beso a medio acabar y que
destruyo con una pisada la casa azul del
lago.

Ahora solo hay escombros, pero el no se
va sigue ahí y duerme entre plantas rotas
y flores estrelladas en el cielo, piensa en
volver a morir para empezar de nuevo,
para lograr conseguir la mano de la
princesa que lo saque de ahí.

La mente y la vida pasan de escena y llegan
a la casa de un árbol en donde encontró
un duende azul y le recordó la poesía a
medio acabar que le dio a una doncella el
día que partió y decidió dejar todo en un
papel que quemo el día siguiente.

Y llego a creer en cosas mas puras en
princesas y doncellas que le llenaban de
besos las manos y le admiran las palabras
que escribió hasta las más incoherentes y
las difíciles de explicar, pero todo se
lleno de agua y los ojos le empezaron a
llorar.

Despertó en el mismo sitio y miro su
alrededor y vio que aun estaba en un
sueño, no podía despertar era un película
de imágenes borrosas y de ilusión perdida
pero la magia aun se sentía, quebró sus
manos queriendo salir y vio al otro lado
una ángel que le llamaba y le decía te
quiero y aun espero.

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