De las blancas nubes del cielo,
de los dorados atardeceres,
de las palabras sublimes de consuelo,
de eso y de todo lo que quieres.
Enámorate de la luna y las estrellas,
de las azules aguas de los mares,
de las personas que poseen almas bellas,
de los más bellos lugares.
Enámorate del amor y sus ensueños,
de la risa y de la verdad,
enámorate, pues, de todo lo bueno,
enámorate de Dios y alcanzarás la eternidad.
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