Quise plasmar estas letras en verso,
dedicadas a tí, linda esposa;
perdona, yo no sé de rima y esas cosas,
yo no soy poeta ni sé lo que es eso.
Las letras escapan directo de mi corazón
y llegan en tropel, una tras otra al papel.
No importa la poesía ni la rima,
sólo que te amo y te sigo siendo fiel.
Qué importa si mi verso rima o no,
al fin y al cabo sólo es tuyo...
En tu vientre, cual capullo,
espera nacer un hermoso retoño.
Las letras escapan directo de mi corazón,
¡qué desfile tan brillante y maravilloso!
Es hora propicia de reír y cantar
y dejar a un lado lágrimas y sollozos.
Qué importa si mi verso rima o no,
mi poema es tuyo, nada más tuyo
y aunque alguien más lo escuchara,
no podría entenderlo en este murmullo.
Que salgan y salgan de mí las letras,
linda mujer, esposa y madre de mi hijo;
un dulce canto aquí penetra
y en este papel queda fijo.
Perdona, yo no sé de rima y esas cosas;
yo no soy poeta ni sé lo que es eso,
pero mientras a tu lado llego,
búscame en estas letras
que para tí quise plasmar en verso.
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