No confundas el delito con la pobreza,
pues bajo tu misma toga simple hombre eres.
Aplica la justicia sin distingos, con firmeza,
hacer esto sí puedes, si tú lo quieres.
Cuando juzgues, no te olvides de Dios,
porque tu justicia es de los hombres;
sé cauto y prudente, a nadie le niegues la voz.
escucha argumentos, oye primero razones.
|