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Una historia personal

-Señora, aquí tiene los pantalones como los pidió, lavados, almidonados y planchados, sí ya sé, así le gusta a su esposo, son de lino...- y la voz de la empleada de la tintorería me trajo a la realidad, abstraída como estaba recordando lo que ayer hice con tu ropa, con tus cosas...

El jueves por la noche, la saqué del armario donde estaba y la puse toda sobre mi cama y al olerla, buscando aún rastros de tu aroma, encontré ese olorcillo que cogen las telas cuando están mucho tiempo guardadas, pensé:"con lo delicado que es, con esto así no se viste",
por lo tanto, al día siguiente, retando al tiempo y a las nubes que presagiaban lluvias, lavé cada pieza y la fui tendiendo en las cuerdas de mi patio...

Días atrás, había ubicado en las tiendas, algunas de las cosas que compraría para tí y que sé esperabas encontrar. La lluvia, un mirrimirre constante se hizo presente y las calles parecían espejos y las gentes corriendo huyendo de la lluvia y el tiempo regalando nieve a la sierra. Salí varias veces, me empapé con sus gotas, pero no podía hacer otra cosa, el día después llegabas y quería todo lo mejor para el encuentro...

Hoy... es domingo, sobre mi cama tu ropa, olorosa a limpio y a sol de Mérida. Doblo cuidadosamente cada pieza y con cada una, te recuerdo y veo con ella puesta, riendo, caminando por las calles nuestras o bailando por la casa, en la cocina, mientras yo te miraba sonriente y enamorada y tú llegando a mí, abrazándome por la cintura o dándome un beso de chasquido suave....

Doblo tus pijamas, tu ropa interior, tus chanclas y zapatos limpios, acomodados ahora en el escaparate donde he ido colocando cada pieza de tu ropa con una lágrima en cada una de ellas.
Lo he guardado todo en el lugar que escogí entre mis cosas, una sábana sobre ellas, un quizás algún día, o, quedarán para siempre guardadas hasta que "el olvido grande llegue" y haga que todo, todo, vaya al cesto de la basura, junto con Nestor, el nombre que sólo quedará como recuerdo del hombre que fué el amor en quien puse mi vida, mis ilusiones y la espera de las promesas de mañana juntos, viviendo ambos hoy este otoño que con él fue primavera en mi corazón.

-¡Señora, señora, los pantalones, el costo es....!-


Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: ¿fecha? ¿vivo?
Mérida: 13/07/2003


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Publicado el: 14-07-2003
Última modificación: 14-07-2003


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