Mi parque,
mi verde parque,
que te refleja con tanta precisión,
siento ...
el y tu son uno, cada flor, cada hoja,
cada rama me lleva inexorablemente a pensar en ti,
¿como evitar recorrer sus callejuelas?,
si la plenitud y el deseo de hacerte mía viven en mi parque.
Sus palmeras esbeltas,
erguidas,
casi orgullosas,
plenas,
te siento en ellas.
Sus pinos,
ese olor fresco, intenso, absorbente,
solo tu sudor puede avivar y despertar mis sentidos mas que estos pinos.
Sus verdes limpios,
que invitan a recorrerlos una y otra vez,
seductores como tu vientre.
La melodía de los grillos,
el cantar de sus chicharras,
el sonido de sus pájaros,
me arrullan, me encantan, me alucinan, me acarician,
lo mismo que tu voz, casi tu.
¡Es tan grande y tan hermoso mi parque!,
grande como tu, seductor como tu,
inmenso hasta lo infinito como tu,
¡lo amo!,
me desangro aguardando el día en que pueda amarte en el interior de mi parque,
amarte fusionando tu cuerpo y mi parque,
casi tu.
Caminé por mi parque,
bajo la suave lluvia,
sintiendo tus lágrimas en mi cuerpo,
en el gris que impregnaba cada verde.
Bebí las gotas,
me alimente de tu pasado dolor,
viví tus palabras ...
"Nadie piensa en mi, todos piensan en si mismos, siempre fue igual";
sentí el triturar en polvo mi corazón,
sabiendo que realidad eran,
que mi yo no era distinto.
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