Por las penas de ayer, por las penas de hoy,
esta noche de luna yo te invito a brindar
por todo lo que un día nos hizo suspirar,
cuando los dos felices nos dábamos amor.
Nos dábamos ternura y toda la emoción,
que siempre mantuvimos con la sana alegría
que a pesar de las penas, a los dos nos unía
en medio del conflicto de un prohibido amor.
Hoy te vuelvo a encontrar y esa misma luna
nos mira sonriente confundida en la espuma
del mar, que juguetea ante nosotros dos.
Y tú y yo muy tranquilos, apuramos la copa
y brindamos seguros, por las penas que tocan
nuestras almas dolidas, ayer igual que hoy.
|