Fue casi de repente coincidencia o destino.
No lo habíamos planeado, ni soñado tampoco.
Pero en aquella tarde, y en el mismo camino,
coincidimos los dos, quizás cuerdos o locos.
¿Te recuerdas de aquello como fue me pregunto?
Pero si le agradezco a la vida el favor,
de poder algún día al fin realizar juntos,
nuestra dulce manera de hacernos el amor.
¿A quién culpar por ello, a quién agradecerle?
Yo acepto mi castigo por el dulce pecado.
Porque el destino quiso un día devolverme,
a cambio de mis penas ¡tu amor como regalo!
|