Acertijos de ojos escondidos tras la
sonrisa de la memorable estancia en la
vecina tarde de encuentros grandiosos
como la visita de un ángel en mi puerta.
Ojos grandes de mirada constante, de
pureza eterna como el agua del manantial
en la cumbre de tu portal, te hace
impresionante y delirantemente bella
como un poema actuado.
Ojos que cruzan miradas entre escenas
de amores preciosos como el nuestro en
aquellos tiempos de unión en la recobrada
cordura de las tardes a medio escampar.
Ojos llorosos por una despedida en la
infranqueable quietud de la soledad
lejana de una puerta que se dirigía al
cielo, me hizo ver la grandeza de tu alma.
Ojos templados por la nube de la congoja
en el árbol de frutos de amor y ramas de
delirio pasional en los labios, te hace la
las concordante delas mujeres.
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