No puedo huir siempre del pasado,
debo hacerle cara,
no dejaré cosas inacabadas,
mejor dejarlas claras,
que mi conciencia
no me haga sombra
que dejen de perseguirme los fantasmas,
que aún me quedan muchos septiembres,
para volver a recordarlas.
No dejemos al ayer
instalarse en el presente,
haciendo mella en el mañana.
Los gritos de desconsuelo
susurran en mi oído,
ahora en suaves murmullos,
que los ojos que lloraban
guardan ahora sus lágrimas
embotelladas.
No quiero olvidar,
pero sí perdonar,
liberando mi alma.
Quisiera que tú hicieras lo mismo...
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