¿Dónde quedó el romanticismo?
Lapidado entre algunas épocas
que quedaron muy lejos
y yo siento muy cercanas.
En la mirada del milenario abeto,
que observaba almas enamoradas,
mientras daba sombra a sus besos
y escuchaba hermosas palabras.
Entre los suspiros de un cisne
que silencioso embellece el lago,
y esconde en su plumaje
la ternura del pasado.
¿Dónde están ahora las rosas
que nos regalaban sus pétalos?
Y hoy como en una cascada
se escurren entre mis dedos.
Quizás la bóveda estrellada,
que lleva ahí muchos años ,
sepa donde se esconden
aquellos encantadores románticos.
Lo que para unos ojos es poesía,
para otros es cursilería.
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