Ya voló la paloma que comía en tu mano.
Aquella que creías prescindía de ti.
Ya voló la paloma a otro cielo lejano,
y aunque lo creas absurdo ¡tu paloma es feliz!
Ya voló la paloma que te confío su anhelo,
sus dudas, sus secretos y su gran ideal.
Ya voló tu paloma porque tiraste al suelo,
todas las ilusiones que te supo confiar.
Ya voló tu paloma, encontró nuevo nido.
Y aunque no come en mano, como le dabas tú,
comprenden y avaloran sus anhelos dormidos,
y lejos de encerrarla ¡vuela a gran magnitud!
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