Alli estaba,
inerte,
delicado,
como un viejo recuerdo.
Derraparon sus lágrimas,
de forma lastimosa,
¡Le robaron un sueño!
Y no lo resistió.
Se instaló en la tristeza,
los matices de gris,
pesaban en su ser de poeta.
Como duelen los sueños,
si alguien los enjaula.
Aquel tejado viejo,
que atesoraba otoños,
seguía esperando,
que alguien,
devolviera ¡Su sueño!
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