Llegó el otoño,
con su color ámbar,
con su sonido crujiente,
con su lluvia de hojas
que bailan y bailan
al ritmo del viento
que canta baladas.
Llegó el otoño
con su humilde frío
que se clava en mi alma
y por más que el viento
sacuda mis pensamientos
no se caen las hojas
que forman mis tristes
y perennes recuerdos.
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