Me apetece amarte de esta rara manera
que solo tú y yo podemos comprender.
Y en las madrugadas salir de pronto a ver
cuando rompe la aurora detrás de la pradera.
Me apetece los días donde la larga espera
me hace mas sensitiva esperando por ti,
y me llena de dicha mirarte sonreír,
ante aquella locura, que por tu amor hiciera.
Me apetece tu olor cuando por esos campos
los dos nos acostamos sobre ese verde manto
de albahaca de romero y lo que allí acontece.
Saboreando contigo esos dulces momentos
de todas las delicias de ese feliz encuentro
que los dos disfrutamos y tanto me apetece.
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