Cuando el sopor apelmaza
la voz de la conciencia
y junto a ella dormita aliado el cociente,
despierta el más profundo sueño,
emergiendo entre la espuma
del deseoso subconsciente.
Los indelebles anhelos
que suspiran en la aurora,
se mecen sutilmente
en el vaivén de las olas,
y alzan el vuelo sublimes
las encandiladas gaviotas.
Surcan el cielo estelado
dejando esencia de dulces melodías,
regocijan nuestros corazones
y acarician el alma
con la suave pluma,
privilegio de mis fantasías.
En la paleta del cielo
mezcla de colores,
se presentan tímidamente
cuando asoma el sol,
deslumbrando el horizonte.
Entre sus cándidos brazos
se arropan los sin sabores,
se quema la desgana,
se incendian las pasiones
y despiertan las imágenes,
que se pierden
entre eslabones.
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