Era yo un solitario caminante,
de las antiguas tierras lejanas,
aquellas del Quijote y Rocinante.
Para no hablar de cosas paganas.
Sancho con frondoso semblante
y Don Quijote como una flor,
del ideal por siempre amante,
hombre de casta y de valor.
Pregunté al valiente Hidalgo:
¿Porqué los Molinos de viento?
dijo ingenioso:siempre cabalgo
buscando gigantes si no los invento.
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