Era blanca su faz
como solar mediodía
y llena de melodía,
siempre me sonreía,
mi adorada estrella fugaz
Su boca como una luna
de color rojo fresa,
mas coronan su cabeza
sus ojos redondos de cereza
y cabellos de ópalo y aceituna.
Sueña en su pequeña cuna
sueños de arcoiris y de viento.
Cuídala Dios cuéntale un cuento
a mi adorada niña de la luna.
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