Solamente quise decirte que te quiero,
que sin ti se quiebran mis sentidos,
que amanece temprano y no es lo mismo,
que se caen por los suelos mis caricias,
y retumba la voz de las montañas.
No se espanten mi amor tus dulces sueños,
que si el cielo nos guarda cada día,
y las flores del campo nos orientan,
no morirá el amor que te profeso.
Quiero decirte nuevamente,
en esta linda tarde que marcha,
que la luz de tu rostro me consuela,
y espero callado tu presencia.
No se aflija tu ser, amada mía,
ni pretendas amar si no te entregas,
y si dudas aun de mis desvelos,
llama a mi puerta a cualquier hora,
y allí estaré esperando paciente tu llegada.
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