Adiós, de ti se aleja alguien que te ha querido
como a nadie en la vida jamás así te amó.
Como nadie por ti a manos llenas dio,
lo bello que guardaba en su ser escondido.
Lo dulce de sus años juveniles, sentidos.
Esa pura inocencia de creer ciega en ti.
Poseída de amor, entrega y frenesí
en noches invernales donde eras mi abrigo.
Lo mismo en el verano, otoño, primavera,
yo te quería tanto y siempre a la espera
que también me brindaras esa misma pasión.
Pero solo decías que en verdad me querías,
y al nunca darme muestra de tus habladurías,
junto con el soneto, te regalo mi adiós.
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