Tan intenso fue aquel amor
que aunque se tratase de un suspiro,
convirtió a los segundos en inmortales
y nunca resultó efímero.
Fue capaz de ver nevado el infierno
de componer sinfonías con el agua cero,
de retratarnos junto a las estrellas
así hoy formamos parte del infinito universo.
Y hoy este sublime recuerdo,
capaz de invitarme a viajar por el mundo de los sueños,
de pasión embriaga mi cuerpo
sintiendo el dulce frescor de los anhelados besos.
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