El invierno es todo lo que he dicho.
Pero sigo estando desnudo, reviviendo,
El cristal celeste de la lluvia.
Sigo estando desnudo para que me toquen
Los miles de dedos del invierno
O los sigilosos pétalos del mirto,
Ahora vueltos transparencia, aire y pájaro.
Yo soy un jinete de la lluvia.
En la fantasía de lazar
Corro tras el fulgor sacerdotal de la aurora.
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