Por ti hube cambiado mi destino,
por ti hube encontrado esa paz
que me regalas con tu dulce mirar
encendiendo la luz de mí camino.
Por el cual de tu brazo yo prosigo
entre dichas, penas y alegrías
que vivimos sin miedo día a día
con la fuerza de este amor divino.
Por ti que me enseñaste siempre
que por fuerte que sea la corriente
jamás será más fuerte que este amor.
Que nos une hoy día en este plano
con mil deseos de que mantengamos
en nuestras almas, la paz y la ilusión.
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