Soy esa antigua llaga de la espera;
Y sin embargo, sigo con la vida y las ausencias,
Aunque esta lucha en pos de la Esperanza,
Me desnude el sueño y la sensación de crepitar.
Intento ocultar esta herida
—herida solitaria y anhelante—
como el misterio haciendo su propio nido.
Soy, en esta noche en que habito,
El niño que busca su refugio
En las esferas maternales de los pechos;
Y allí bebe, en ritual silencio,
Toda la magia espesa del amor.
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