Tus besos ya no me sacian
son frios como el deshielo,
antes moria por ellos
y ahora no alteran mi pecho.
Te quise como a ninguno
¡no sabes como te quise!
pero algo en mi pasó
y ahora vives en mi recuerdo.
Yo sé que tú me quieres
y yo te sigo queriendo,
más una barrera invisible
nos separa por momentos.
Entre tu mundo y el mio
hay un abismo muy grande.
Tú caminas acelerado
mas yo saboreo el mio.
Me apeé en plena marcha
de un tren sin destino fijo,
de un torbellino de amores
donde los dos fuimos uno.
Desde lo alto nos rigen
como peonzas de juego
en el ajedrez de la vida
donde se juega por algún tiempo.
Llega un momento que la dama
hace jake al caballero
archivando los momentos
en los que estuvieron en juego.
De este juego del destino
guardo un grato recuerdo,
fue una experiencia vivida
con ilusión y cariño.
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