Temí tanto llegar a escribir la palabra adiós, que la escribí por siempre. Temí tanto sentir que todo había llegado a su fín, que no me percaté que desde el comienzo ya se había escrito la historia completa con el, fín, grabado y estampado en letras grandes y de color negro.

Me asombra hoy el que la paz hubiera podido llegar a mí, después de tanta tormenta y de navegar por mares que resultaron espejismos que hicieron naufragara el amor sentido a plenitud.
Me asombra hoy el que pueda mirar desnuda toda la historia que viví,
el que pueda llegar ahora a nuevos caminos con luz en los ojos que hacen posible el transitar por ellos sin piedras en los zapatos.

Temí tanto llegar a sentir el desgarro que es al alma la separación, el dejarse, el fracaso de la vida prometida en dos, que me fue imposible ver desde el comienzo las señales que me decían que lo que vivía no era futuro y ni tan siquiera, hoy.

Me asombra hoy sentirme renovada y libre de tanta duda, de tanto descubrir lo que me es ajeno en lo que espero del ser humano. Me asombra hoy el sentirme sin dolor de espalda y liviana al dejar atrás el saco de los dolores y de los sentimientos que destruyen al corazón y doblan al alma empantanando los caminos limpios.

Temí tanto escribir la palabra adiós que sin darme cuenta, mi álter ego sabio y consciente, la escribió por mí... siempre.


Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: desde el principio y fín...
Diciembre 07 de 2003

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