Yo sé que puedo besar tus ojos divinos
para darle a mi boca tus juegos traviesos,
y sé que en un cielo de tonos aviesos
darías a mi ser el calor de tus labios.
Yo sé que me enciende el fragor de tus besos
como a una tizona que nace de pronto.
Quisiera poner en ti mis anhelos
con pasión sutil y sin negros presagios.
Yo sé que me gusta tu carnosa boca
y tu talle delgado de palmera grácil,
tus ojos, tu pelo y tu tez que provoca
la caricia etérea y algo tan fácil.
Sé que tengo mis regias ofrendas...
y puedo llevarte al altar y siempre adorarte,
y sé al ver tu límpida boca
que soy en tu amor un esclavo
que anhela besarte.
|