Tienes en tus ojos los matices
de la tristeza de un ángel redimido,
cuando palpas en mi corazón herido
la nostalgia de mis tardes grises.
Grises hoy, de soledad incierta,
mañana grises de desesperanza,
pero con la fe puesta en lontananza
de que regreses a tocar mi puerta.
La puerta de mi corazón de fuego,
luz y chispa que incendió mi pecho
de renovada pasión electrizante.
Escucha ya mi repetido ruego
para salvar a mi bajel maltrecho
con la presencia de tu amor distante.
|