¿Recuerdas tu promesa?
Salió la luz, y tu no estabas,
vino el amor, y allí quedo postrado,
lloró la luna, y no la consolaste,
abrí mi corazón, y lo invadió la tristeza,
te invité a volar, y aún te espero.
Y ahora que regresas,
con la duda en el pecho,
es ¡Demasiado tarde!
¡Es tarde hasta para llorarte!
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